martes, 21 de julio de 2015

“Somos todos culpables de la ruina del planeta”

La salud del mundo está hecha un asco. “Somos todos responsables”, claman las voces de la alarma universal, y la generalización absuelve: si somos todos responsables, nadie es. Como conejos se reproducen los nuevos tecnócratas del medio ambiente. Es la tasa de natalidad más alta del mundo: los expertos generan expertos y más expertos que se ocupan de envolver el tema en el papel celofán de la ambigüedad. Ellos fabrican el brumoso lenguaje de las exhortaciones al “sacrificio de todos” en las declaraciones de los gobiernos y en los solemnes acuerdos internacionales que nadie cumple. Estas cataratas de palabras, inundación que amenaza convertirse en una catástrofe ecológica comparable al agujero de ozono, no se desencadenan gratuitamente. El lenguaje oficial ahoga la realidad para otorgar impunidad a la sociedad de consumo, a quienes la imponen por modelo en nombre del desarrollo y a las grandes empresas que le sacan el jugo. Pero las estadísticas confiesan. Los datos ocultos bajo el palabrerío revelan que el veinte por ciento de la humanidad comete el ochenta por ciento de las agresiones contra la naturaleza, crimen que los asesinos llaman suicidio, y es la humanidad entera quien paga las consecuencias de la degradación de la tierra, la intoxicación del aire, el envenenamiento del agua, el enloquecimiento del clima y la dilapidación de los recursos naturales no renovables. La señora Harlem Bruntland, que encabeza el gobierno de Noruega, comprobó recientemente que “si los siete mil millones de pobladores del planeta consumieran lo mismo que los países desarrollados de Occidente, harían falta diez planetas como el nuestro para satisfacer todas sus necesidades”. Una experiencia imposible. Pero los gobernantes de los países del sur que prometen el ingreso al Primer Mundo, mágico pasaporte que nos hará a todos ricos y felices, no sólo deberían ser procesados por estafa. No sólo nos están tomando el pelo, no: además, esos gobernantes están cometiendo el delito de apología del crimen. Porque este sistema de vida que se ofrece como paraíso, fundado en la explotación del prójimo y en la aniquilación de la naturaleza, es el que nos está enfermando el cuerpo, nos está envenenando el alma y nos está dejando sin mundo. Extirpación del comunismo, implantación del consumismo: la operación ha sido un éxito, pero el paciente se está muriendo. “Úselo y tírelo”, Eduardo Galeano

domingo, 19 de julio de 2015

Biocombustibles, ¿Cura peor que la enfermedad?

Debemos acabar con la adicción al petróleo”, dijo George W. Bush en su último Informe a la Nación, pero no estaba pidiendo a la población que deje de usar carros o que use menos petróleo. Al contrario, lanzó la “Iniciativa de Energías Avanzadas” a través de la cual se aumentará el presupuesto federal en un 22%, para investigaciones en tecnologías de energía limpias, que incluye los biocombustibles derivados de plantas y sustitutos de petróleo para alimentar los automóviles. El bioetanol y biosiesel, provenientes de la energía generada por cultivos agrícolas, ocupan tierra de cultivos alimenticios y producen menos energía que la usada para producirla; también afectan el medio ambiente y causan desastres económicos.

Autor: Dra. Mae-Wan Ho


*Artículos relacionados:


Las plantaciones de Cargill. Los brasileños se oponen al pacto de Bush y Lula sobre el etanol.Agrocombustibles versus soberanía alimentaría.Bush, Lula y la embriaguez del etanol"Debemos acabar con la adicción al petróleo”, dijo George W. Bush en su último Informe a la Nación, pero no estaba pidiendo a la población que deje de usar carros o que use menos petróleo. Al contrario, lanzó la “Iniciativa de Energías Avanzadas” a través de la cual se aumentará el presupuesto federal en un 22%, para investigaciones en tecnologías de energía limpias, que incluye los biocombustibles derivados de plantas y sustitutos de petróleo para alimentar los automóviles.El bioetanol y biosiesel, provenientes de la energía generada por cultivos agrícolas, ocupan tierra de cultivos alimenticios y producen menos energía que la usada para producirla; también afectan el medio ambiente y causan desastres económicos.Los sucesivos presidentes de los Estados Unidos han promovido el etanol de maíz como un aditivo energético subsidiado. El Presidente Bush dijo a los científicos que ahora deben trabajar en cómo hacer etanol a partir de chips de madera, tallos o pasto “práctico y competitivo en los próximos 6 años”, y que reemplazarán más del 70% de importaciones de crudo desde “lugares inestables en el mundo” —Oriente Medio— hacia el año 2025.Actualmente, el 60% del petróleo consumido en Estados Unidos es importado, con un incremento de más del 53% desde que George W. Bush llegó al poder.Biocombustibles no sustituyen del todo a combustibles fósilesLas mayores trabas para la masificación de estos productos son la disponibilidad de tierras para cultivar las plantas, la tasa de producción de cultivo y la eficiencia en la conversión energética, aunque lo económico también tiene su cuota.Cultivar plantas para quemarlas —como biomasa— puede ser la forma más barata de biocombustible, tanto en términos de energía como económicos, ya que requiere un mínimo procesamiento después de la cosecha.Los científicos del Tecnológico de Virginia, David Parrish y John Fike, han estudiado la agrobiología del “pasto varilla” o “pasto aguja” (Panicum virgatum) —conocido en inglés como switchgrass y que en México también se conoce como “pasto aguja” o “pasto varilla”—, el más investigado y aceptado de los cultivos para energía. Este pasto es perenne y nativo de Norteamérica y ha sido extensamente cultivado para forraje desde la conquista de América. Es muy prolífico, no requiere mucho nitrógeno como fertilizante y es considerado el más sustentable, o al menos el que tiene menos impacto ambiental para producir biocombustibles.Pero el estudio concluye que “aún con los máximos resultados, estos sistemas pueden no proveer la misma energía que generan los combustibles fósiles”.La sustitución del carbón por switchgrass se estima que permitirá la reducción de cerca de 1.7 toneladas de CO2 por tonelada de switchgrass utilizada.Los precios que los agricultores reciben por la biomasa deben ser lo suficientemente favorables. Así, se calcula que cerca de 8 millones de hectáreas podrían cultivarse si el precio alcanzara los $33 USD por tonelada en finca, aumentando a cerca de 17 millones de hectáreas con precio de $44 USD / ton. El precio de mercado por biomasa de chips de madera en Virginia en 2004, alcanzó un promedio de $33 USD / ton. entregada, y el precio de heno (de todo tipo) llegó a cerca de $95 la tonelada.Un estimado ubica el costo de switchgrass en $63 por tonelada. Si se añade el costo del procesamiento, como el prensado, el enrollamiento mecanizado puede hacer que se eleve el costo de producción a cerca de $83 c/Ton. Una tonelada de switchgrass produce 17-18 GJ (gigajoules) de energía al quemarse, comparada con 27-30 GJ del carbón; y los costos del carbón son de $55 Ton.El pasto switchgrass para energía no es económicamente competitivo, a menos que haya un subsidio sustancial para su cultivo. Lo mismo se aplicaría para la mayoría de otros cultivos destinados a producir energía.David Pimentel, profesor de la Universidad de Cornell en Nueva York, y Tad Patzek, profesor de ingeniería química en la Universidad de Berkeley en California, estudiaron el resultado energético y económico de producir biomasa, etanol o biodiesel a partir de maíz, switchgrass, madera, soya y girasol, usando el análisis generalmente aceptado del ciclo de vida. Aunque hay mucha controversia sobre el saldo de energía del etanol y el biodiesel, el resultado energético de la biomasa por cosecha, generalmente está menos sujeto a disputas, por lo que es un buen punto de inicio para el debate.Como puede verse, el switchgrass no tiene la proporción insumo/producto más favorable, siendo de 14.52, seguido por el trigo con 12.88, y la semilla de colza con 9.21, si se incluye la paja. Sin embargo, el switchgrass es el más prometedor de los cultivos de bioenergía, guste o no, como biomasa para la quema o para hacer otros combustibles derivados, como el etanol.Un rápido cálculo muestra que aunque todas las granjas de los Estados Unidos fuesen convertidas en productoras de pasto switchgrass, no producirían suficiente etanol para abastecer el consumo actual de combustibles fósiles.El pasto switchgrass tarda varios años en madurar, la cosecha puede ir de un rango de 0 —pérdida completa—, hasta las 20 toneladas o más por hectárea, dependiendo de la cantidad de lluvia. Una cosecha de 15 Ton/ha es considerada Buena y puede proveer cerca de 250 GJ/ha de energía química bruta al año. Si esta energía es convertida con un 70% de eficiencia, en electricidad, etanol, metanol, etcétera, podría tomar al menos 460 millones de hectáreas para producir los 80EJ (ExaJoule = 1018 Joules) de energía fósil usada en los Estados Unidos cada año. Todas las granjas de Estados Unidos tienen un total de tierras de 380 millones de hectáreas, de las cuales 175 millones se destinan a áreas de cultivo y cosecha.Claramente, los cultivos bioenergéticos son una mala opción, y muchos pueden ser obsoletos como el etanol, aunque ahora se puede hacer a partir de chips de madera, residuos de cosechas u otros desechos industriales, pero aún así, es insostenible.¿Más energía de biocombustibles que del petróleo?Hay gran debate sobre el total de energía para hacer etanol o biodiesel de cultivos bioenergéticos. Los resultados de David Pimentel y Tad Patzek sostienen que el saldo de energía de todos los cultivos, con los métodos de procesamiento actuales, muestra que se gasta más energía fósil para producir su equivalente energético en biocombustible.Así, por cada unidad de energía gastada con energía fósil, el retorno es 0.778 de energía de metanol de maíz; 0.688 unidades en etanol de switchgrass; 0,636 unidades de etanol de madera y en el peor de los casos, 0.534 unidades de biodiesel de soya.Su estudio ha originado una respuesta fuerte de varios departamentos del gobierno de los Estados Unidos, acusando a Pimentel y Patzek de usar fórmulas obsoletas, o de no contar la energía contenida en subproductos como el seedcake o asiento (residuos que quedan luego de que el combustible ha sido extraído), que puede ser utilizado como alimento de animales, pero sí incluyen en sus cálculos la energía necesaria para construir las plantas procesadoras, la maquinaria agrícola, y el trabajo, que no se suele incorporar en este tipo de análisis.Por su parte, Pimentel y Patzek, junto con muchos otros científicos, como la autora de este artículo, son críticos de las estimaciones que dan un saldo positivo de energía, precisamente porque dejan de lado toda esta inversión en energía que fue necesaria para obtener el cultivo. De hecho, ni Pimentel, Patzek, ni sus críticos han incluido los costos del tratamiento de desperdicio y desechos, o los impactos ambientales de los cultivos bioenergéticos intensivos, como la pérdida de suelos y la contaminación ambiental por el uso de fertilizantes o plaguicidas.El aporte de energía de los productos asociados, de acuerdo con la composición de sus semillas, parece ser excepcional. Por ejemplo, solo el 18% de la soya es aceite que sirve para biodiesel, mientras que la diferencia es pasta de soya que sirve como alimento animal. Sin embargo, como el seedcake es producido casi al mismo tiempo que se necesita para extraer el combustible, un simple cálculo atribuirá el 82% de la energía necesaria para generar biodiesel —que es considerable— para alimentación animal.Etanol del maíz: mal negocioEl etanol constituye el 99% de todos los biocombustibles en los Estados Unidos; 3,400 millones de galones de etanol se produjeron en el 2004 y fueron usados como gasolina, representando el 2% en cuanto a volumen y al 1.3 respecto a su contenido energético.Se prevé que el uso de etanol crecerá debido al subsidio de $0.51 por galón de etanol que ha concedido el gobierno federal de EE UU, y por el mandato de alcanzar 7,500 millones de galones de “combustibles renovables”, que serán usados como gasolina hacia el 2012, según se incluye en la reciente Ley de Política Energética (EPACT 2005).Pero Pimentel y Patzek han mostrado no sólo que el retorno de energía es sustancialmente negativo, sino que en términos económicos es aún peor.Cerca del 50% del costo de producción de etanol es para el maíz mismo, como insumo ($0.28/litro). El etanol cuesta bastante más que lo que se paga por él en el mercado, y sin los subsidios estatales y federales, de cerca de 3,000 millones al año, la producción de etanol en los Estados Unidos terminaría.El senador John McCain informa que el total de subsidios para etanol es de cerca de $0.79/litro. Si se añaden los costos de producción, saldría un valor total de cerca de $1.24/litro. El etanol tiene tan solo un 66% de energía contenida en relación con la gasolina, comparando el costo actual. Entonces el etanol cuesta $1.88/litro, o $7.12 por galón equivalente de gasolina, comparado con el costo actual de producir gasolina que es de $0.33/litro.Los subsidios federales y estatales para la producción de etanol —de $0.79/litro—llegan principalmente a las cuentas de las grandes corporaciones. Un máximo de $0.02 por bushel, o 0.2 centavos/litro de etanol, va a los agricultores.Con el subsidio a la producción del maíz y del etanol, el total de costos —que ascienden a 8,400 millones al año— se traslada a los consumidores, ya que al producir maíz como materia prima para el etanol, aumenta los precios del maíz para otros fines. Por ejemplo, un estimado dice que la producción de etanol, con sus subsidios y demás, estaría aumentando el costo de producción de carne de bovino (alimentado con maíz) en $ 1,000 millones.Claramente, el etanol de maíz no es ni sustentable ni rentable, y se está poniendo bastante esfuerzo en encontrar otros insumos agrícolas como éste.Como Patsek señala, los 7,500 millones de galones de etanol que se deben producir para el 2005, de acuerdo con la Ley de Energía estadounidense, podrían ser compensados con un aumento en el rendimiento automotriz de tan sólo una milla por galón, excluyendo a los vehículos deportivos, que literalmente devoran gasolina y la generación de luces vehiculares.Las consecuencias económicas de la excesiva producción de maíz han sido devastadoras. El precio del maíz en Iowa, el más grande productor maicero de Estados Unidos, declinó 10 veces entre 1949 y el 2005, al mismo tiempo que las cosechas de maíz se triplicaban.Hoy día, los agricultores de Iowa ganan una tercera parte de lo que ganaban hace 50 años, pero sus costos de producción se han multiplicado, debido a que queman metano y diesel para producir maíz. El precio del metano se ha incrementado varias veces en los últimos tres años. “Los subsidios a los cultivos de maíz que han suplido los precios del maíz en el mercado, han aumentado hasta en un 50% entre 1995 y el 2004”. Patzek predice más concentración en la producción industrial del maíz, en gigantescas fincas operadas por las grandes corporaciones agrícolas, mientras que a los pequeños agricultores sólo les resta alquilarles su tierra. *Es directora del Instituto de la Ciencia en la Sociedad (ISIS), Ph.D. en Bioquímica de la Universidad de Hong Kong y realizó su investigación postdoctoral en genética bioquímica humana en la Universidad de California, San Diego, EE.UU. Es investigadora Senior y docente de genética molecular en la Open University, Gran Bretaña. Es autora de una decena de libros, entre ellos "Genetic Engeneering, dream or nightmare?» (Ingeniería genética, ¿sueño o pesadilla?) y de más de 200 artículos que han sido traducidos a diversos idiomas. Fuente: Blogotitlan / México – 18.03.03

jueves, 17 de mayo de 2007

Bosques o monocultivos, biodiversidad o deshidratación, combustibles o alimentos

El reemplazo de bosques en los países del cono sur, por monocultivos de árboles de crecimiento rápido como los eucaliptos o los pinos, o por las “plantas-combustibles” como la soja, el maíz, la caña de azúcar y otras tantas -bien llamadas en Sudáfrica “el cáncer verde”-, está convirtiendo a nuestras tierras mas fértiles y biodiversas en desiertos y a muchos millones de campesinos e indígenas en desplazados parias, con graves problemas de asentamiento, nutrición y desarraigo entre otros.
Debemos comprender que los problemas que enfrentamos hoy, como los de las pasteras del Río Uruguay y todas las demás instaladas desde hace décadas en la mayoría de nuestros países, tienen una arista oculta que en términos ambientales podría ser hasta mas perjudicial aun que la propia producción en planta, se trata de los monocultivos forestales.
En 1987 se aprobó una ley forestal en Uruguay cuyo objetivo era la promoción de las plantaciones de árboles a gran escala. En 2005, el país contaba con 800.000 hectáreas plantadas, en su gran mayoría, de eucaliptos.En el caso de Argentina, las plantaciones de eucaliptos se han concentrado en las provincias de Corrientes y Entre Ríos, alcanzando el año 2005, la nada despreciable cifra de 220.000 ha entre ambas.Otra provincia del mismo país aporta números que asustan.
Misiones es descrita como la “principal provincia forestal del país”. Originariamente, la provincia contaba con 2.7 millones de has de selva tropical, pero en la actualidad se estima esta superficie en 1.2 millones. Mas de 350 mil ha. han sido reemplazadas por pinos exóticos y otro tanto por plantas-combustibles.
Por los agrotóxicos y la contaminación, en Misiones 5 de cada 1000 niños nacen con malformaciones.Los monocultivos además de contaminarnos nos están deshidratando. La altura del tallo del eucalipto es igual al largo de su raíz, crece muy rápido porque tiene largas raíces capaces de extraer grandes cantidades de agua del suelo y de sus napas freáticas. Los productores rurales ya están advirtiendo graves problemas de acceso al agua que necesitan para sus cultivos.

En el caso de las plantas-combustibles el tema se agrava aun mas, especialmente por el aparato de promoción que se ha montado a su favor. Con un falso maquillaje ambientalista, se promueve la utilización de los agrocombustibles como una alternativa ecológica a los hidrocarburos.Todos los estudios demuestran que el desarrollo de los agrocombustibles ni siquiera tiene una favorable relación energética, ya que por ejemplo para producir una kilocaloría de agroetanol de maíz, se necesitan 1,3 kilocalorías de petróleo.

Si a eso le sumamos las emisiones producidas por la deforestación, la contaminación producida por los agrotóxicos y la erosión del suelo, el balance es mas que claro.Pero ni siquiera hasta ese punto debería llegar la discusión. Lo cierto es que se pretende convertir alimentos en combustible y en un mundo con mas de mil quinientos millones de hambrientos, este apunta a ser el mayor despropósito moral de la historia de la humanidad.Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.

Ricardo Natalichio

martes, 10 de abril de 2007

Biocombustibles, ¿Cura peor que la enfermedad?

Debemos acabar con la adicción al petróleo”, dijo George W. Bush en su último Informe a la Nación, pero no estaba pidiendo a la población que deje de usar carros o que use menos petróleo. Al contrario, lanzó la “Iniciativa de Energías Avanzadas” a través de la cual se aumentará el presupuesto federal en un 22%, para investigaciones en tecnologías de energía limpias, que incluye los biocombustibles derivados de plantas y sustitutos de petróleo para alimentar los automóviles. El bioetanol y biosiesel, provenientes de la energía generada por cultivos agrícolas, ocupan tierra de cultivos alimenticios y producen menos energía que la usada para producirla; también afectan el medio ambiente y causan desastres económicos.
Autor: Dra. Mae-Wan Ho
*Artículos relacionados:
Las plantaciones de Cargill. Los brasileños se oponen al pacto de Bush y Lula sobre el etanol. Agrocombustibles versus soberanía alimentaría.
Bush, Lula y la embriaguez del etanol"Debemos acabar con la adicción al petróleo”, dijo George W. Bush en su último Informe a la Nación, pero no estaba pidiendo a la población que deje de usar carros o que use menos petróleo. Al contrario, lanzó la “Iniciativa de Energías Avanzadas” a través de la cual se aumentará el presupuesto federal en un 22%, para investigaciones en tecnologías de energía limpias, que incluye los biocombustibles derivados de plantas y sustitutos de petróleo para alimentar los automóvile.
El bioetanol y biosiesel, provenientes de la energía generada por cultivos agrícolas, ocupan tierra de cultivos alimenticios y producen menos energía que la usada para producirla; también afectan el medio ambiente y causan desastres económicos.
Los sucesivos presidentes de los Estados Unidos han promovido el etanol de maíz como un aditivo energético subsidiado. El Presidente Bush dijo a los científicos que ahora deben trabajar en cómo hacer etanol a partir de chips de madera, tallos o pasto “práctico y competitivo en los próximos 6 años”, y que reemplazarán más del 70% de importaciones de crudo desde “lugares inestables en el mundo” —Oriente Medio— hacia el año 2025.
Actualmente, el 60% del petróleo consumido en Estados Unidos es importado, con un incremento de más del 53% desde que George W. Bush llegó al poder.
Biocombustibles no sustituyen del todo a combustibles fósilesLas mayores trabas para la masificación de estos productos son la disponibilidad de tierras para cultivar las plantas, la tasa de producción de cultivo y la eficiencia en la conversión energética, aunque lo económico también tiene su cuota.Cultivar plantas para quemarlas —como biomasa— puede ser la forma más barata de biocombustible, tanto en términos de energía como económicos, ya que requiere un mínimo procesamiento después de la cosecha.Los científicos del Tecnológico de Virginia, David Parrish y John Fike, han estudiado la agrobiología del “pasto varilla” o “pasto aguja” (Panicum virgatum) —conocido en inglés como switchgrass y que en México también se conoce como “pasto aguja” o “pasto varilla”—, el más investigado y aceptado de los cultivos para energía. Este pasto es perenne y nativo de Norteamérica y ha sido extensamente cultivado para forraje desde la conquista de América. Es muy prolífico, no requiere mucho nitrógeno como fertilizante y es considerado el más sustentable, o al menos el que tiene menos impacto ambiental para producir biocombustibles.Pero el estudio concluye que “aún con los máximos resultados, estos sistemas pueden no proveer la misma energía que generan los combustibles fósiles”.
La sustitución del carbón por switchgrass se estima que permitirá la reducción de cerca de 1.7 toneladas de CO2 por tonelada de switchgrass utilizada.Los precios que los agricultores reciben por la biomasa deben ser lo suficientemente favorables. Así, se calcula que cerca de 8 millones de hectáreas podrían cultivarse si el precio alcanzara los $33 USD por tonelada en finca, aumentando a cerca de 17 millones de hectáreas con precio de $44 USD / ton. El precio de mercado por biomasa de chips de madera en Virginia en 2004, alcanzó un promedio de $33 USD / ton. entregada, y el precio de heno (de todo tipo) llegó a cerca de $95 la tonelada.Un estimado ubica el costo de switchgrass en $63 por tonelada.
Si se añade el costo del procesamiento, como el prensado, el enrollamiento mecanizado puede hacer que se eleve el costo de producción a cerca de $83 c/Ton. Una tonelada de switchgrass produce 17-18 GJ (gigajoules) de energía al quemarse, comparada con 27-30 GJ del carbón; y los costos del carbón son de $55 Ton.
El pasto switchgrass para energía no es económicamente competitivo, a menos que haya un subsidio sustancial para su cultivo. Lo mismo se aplicaría para la mayoría de otros cultivos destinados a producir energía.David Pimentel, profesor de la Universidad de Cornell en Nueva York, y Tad Patzek, profesor de ingeniería química en la Universidad de Berkeley en California, estudiaron el resultado energético y económico de producir biomasa, etanol o biodiesel a partir de maíz, switchgrass, madera, soya y girasol, usando el análisis generalmente aceptado del ciclo de vida.
Aunque hay mucha controversia sobre el saldo de energía del etanol y el biodiesel, el resultado energético de la biomasa por cosecha, generalmente está menos sujeto a disputas, por lo que es un buen punto de inicio para el debate.Como puede verse, el switchgrass no tiene la proporción insumo/producto más favorable, siendo de 14.52, seguido por el trigo con 12.88, y la semilla de colza con 9.21, si se incluye la paja.
Sin embargo, el switchgrass es el más prometedor de los cultivos de bioenergía, guste o no, como biomasa para la quema o para hacer otros combustibles derivados, como el etanol.Un rápido cálculo muestra que aunque todas las granjas de los Estados Unidos fuesen convertidas en productoras de pasto switchgrass, no producirían suficiente etanol para abastecer el consumo actual de combustibles fósiles.
El pasto switchgrass tarda varios años en madurar, la cosecha puede ir de un rango de 0 —pérdida completa—, hasta las 20 toneladas o más por hectárea, dependiendo de la cantidad de lluvia. Una cosecha de 15 Ton/ha es considerada Buena y puede proveer cerca de 250 GJ/ha de energía química bruta al año. Si esta energía es convertida con un 70% de eficiencia, en electricidad, etanol, metanol, etcétera, podría tomar al menos 460 millones de hectáreas para producir los 80EJ (ExaJoule = 1018 Joules) de energía fósil usada en los Estados Unidos cada año.
Todas las granjas de Estados Unidos tienen un total de tierras de 380 millones de hectáreas, de las cuales 175 millones se destinan a áreas de cultivo y cosecha.Claramente, los cultivos bioenergéticos son una mala opción, y muchos pueden ser obsoletos como el etanol, aunque ahora se puede hacer a partir de chips de madera, residuos de cosechas u otros desechos industriales, pero aún así, es insostenible.¿Más energía de biocombustibles que del petróleo?Hay gran debate sobre el total de energía para hacer etanol o biodiesel de cultivos bioenergéticos.
Los resultados de David Pimentel y Tad Patzek sostienen que el saldo de energía de todos los cultivos, con los métodos de procesamiento actuales, muestra que se gasta más energía fósil para producir su equivalente energético en biocombustible.Así, por cada unidad de energía gastada con energía fósil, el retorno es 0.778 de energía de metanol de maíz; 0.688 unidades en etanol de switchgrass; 0,636 unidades de etanol de madera y en el peor de los casos, 0.534 unidades de biodiesel de soya.
Su estudio ha originado una respuesta fuerte de varios departamentos del gobierno de los Estados Unidos, acusando a Pimentel y Patzek de usar fórmulas obsoletas, o de no contar la energía contenida en subproductos como el seedcake o asiento (residuos que quedan luego de que el combustible ha sido extraído), que puede ser utilizado como alimento de animales, pero sí incluyen en sus cálculos la energía necesaria para construir las plantas procesadoras, la maquinaria agrícola, y el trabajo, que no se suele incorporar en este tipo de análisis.
Por su parte, Pimentel y Patzek, junto con muchos otros científicos, como la autora de este artículo, son críticos de las estimaciones que dan un saldo positivo de energía, precisamente porque dejan de lado toda esta inversión en energía que fue necesaria para obtener el cultivo. De hecho, ni Pimentel, Patzek, ni sus críticos han incluido los costos del tratamiento de desperdicio y desechos, o los impactos ambientales de los cultivos bioenergéticos intensivos, como la pérdida de suelos y la contaminación ambiental por el uso de fertilizantes o plaguicidas.
El aporte de energía de los productos asociados, de acuerdo con la composición de sus semillas, parece ser excepcional. Por ejemplo, solo el 18% de la soya es aceite que sirve para biodiesel, mientras que la diferencia es pasta de soya que sirve como alimento animal. Sin embargo, como el seedcake es producido casi al mismo tiempo que se necesita para extraer el combustible, un simple cálculo atribuirá el 82% de la energía necesaria para generar biodiesel —que es considerable— para alimentación animal.Etanol del maíz: mal negocioEl etanol constituye el 99% de todos los biocombustibles en los Estados Unidos; 3,400 millones de galones de etanol se produjeron en el 2004 y fueron usados como gasolina, representando el 2% en cuanto a volumen y al 1.3 respecto a su contenido energético.
Se prevé que el uso de etanol crecerá debido al subsidio de $0.51 por galón de etanol que ha concedido el gobierno federal de EE UU, y por el mandato de alcanzar 7,500 millones de galones de “combustibles renovables”, que serán usados como gasolina hacia el 2012, según se incluye en la reciente Ley de Política Energética (EPACT 2005).Pero Pimentel y Patzek han mostrado no sólo que el retorno de energía es sustancialmente negativo, sino que en términos económicos es aún peor.Cerca del 50% del costo de producción de etanol es para el maíz mismo, como insumo ($0.28/litro). El etanol cuesta bastante más que lo que se paga por él en el mercado, y sin los subsidios estatales y federales, de cerca de 3,000 millones al año, la producción de etanol en los Estados Unidos terminaría.
El senador John McCain informa que el total de subsidios para etanol es de cerca de $0.79/litro. Si se añaden los costos de producción, saldría un valor total de cerca de $1.24/litro. El etanol tiene tan solo un 66% de energía contenida en relación con la gasolina, comparando el costo actual.
Entonces el etanol cuesta $1.88/litro, o $7.12 por galón equivalente de gasolina, comparado con el costo actual de producir gasolina que es de $0.33/litro.Los subsidios federales y estatales para la producción de etanol —de $0.79/litro—llegan principalmente a las cuentas de las grandes corporaciones. Un máximo de $0.02 por bushel, o 0.2 centavos/litro de etanol, va a los agricultores.
Con el subsidio a la producción del maíz y del etanol, el total de costos —que ascienden a 8,400 millones al año— se traslada a los consumidores, ya que al producir maíz como materia prima para el etanol, aumenta los precios del maíz para otros fines. Por ejemplo, un estimado dice que la producción de etanol, con sus subsidios y demás, estaría aumentando el costo de producción de carne de bovino (alimentado con maíz) en $ 1,000 millones.Claramente, el etanol de maíz no es ni sustentable ni rentable, y se está poniendo bastante esfuerzo en encontrar otros insumos agrícolas como éste.
Como Patsek señala, los 7,500 millones de galones de etanol que se deben producir para el 2005, de acuerdo con la Ley de Energía estadounidense, podrían ser compensados con un aumento en el rendimiento automotriz de tan sólo una milla por galón, excluyendo a los vehículos deportivos, que literalmente devoran gasolina y la generación de luces vehiculares.Las consecuencias económicas de la excesiva producción de maíz han sido devastadoras.
El precio del maíz en Iowa, el más grande productor maicero de Estados Unidos, declinó 10 veces entre 1949 y el 2005, al mismo tiempo que las cosechas de maíz se triplicaban.Hoy día, los agricultores de Iowa ganan una tercera parte de lo que ganaban hace 50 años, pero sus costos de producción se han multiplicado, debido a que queman metano y diesel para producir maíz.
El precio del metano se ha incrementado varias veces en los últimos tres años. “Los subsidios a los cultivos de maíz que han suplido los precios del maíz en el mercado, han aumentado hasta en un 50% entre 1995 y el 2004”. Patzek predice más concentración en la producción industrial del maíz, en gigantescas fincas operadas por las grandes corporaciones agrícolas, mientras que a los pequeños agricultores sólo les resta alquilarles su tierra.
*Es directora del Instituto de la Ciencia en la Sociedad (ISIS), Ph.D. en Bioquímica de la Universidad de Hong Kong y realizó su investigación postdoctoral en genética bioquímica humana en la Universidad de California, San Diego, EE.UU. Es investigadora Senior y docente de genética molecular en la Open University, Gran Bretaña. Es autora de una decena de libros, entre ellos "Genetic Engeneering, dream or nightmare?» (Ingeniería genética, ¿sueño o pesadilla?) y de más de 200 artículos que han sido traducidos a diversos idiomas.
Fuente: Blogotitlan / México – 18.03.03
Artículo publicado en http://www.iade.org.ar/

domingo, 25 de febrero de 2007

¿hablamos de lo mismo?

Hojeando los distintos periódicos encontramos a menudo algunos comentarios que nos hacen pensar si realmente hablamos del mismo tema.
Martín Dedeu, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM). Explica al diario Clarin que "el actual marco de estabilidad jurídica y tributaria" es la raíz del actual despegue del sector.
Asegura que "no hay privilegios, sino reconocer la práctica de una actividad en la cual pueden pasar 10 años entre la búsqueda y la explotación comercial del yacimiento y donde la inversión de riesgo es muy alta".Sostiene que la gran minería "llegó tarde a la Argentina" en relación con países como Chile, Bolivia o Perú y asegura que eso tiene una ventaja.
"Tenemos una minería de última generación, moderna, con tecnología de punta, más productiva y con mucho menos impacto ambiental que nuestros vecinos", sostiene.—Sin embargo, hay muchas criticas por el impacto ecológico de la industria.—Nosotros tenemos una ley ambiental minera que cumplimos a rajatabla.
Es más, para conseguir financiamiento internacional necesitamos tener cubierto el aspecto ambiental, sino no conseguimos un peso. Pero además está la Justicia que en muchos casos nos dio la razón. Yo entiendo y comparto las preocupaciones de la gente, pero también es verdad que en los últimos cien años no hay una sola persona fallecida por usar cianuro en una mina en todo el mundo.
Ni siquiera existen denuncias fundadas sobre contaminación del agua. Nosotros trabajamos en lugares inhóspitos, pobres, sin infraestructura y muchas veces tenemos que llevar el agua para nuestros operarios porque estamos en medio del desierto.
Nacido en un pueblo sanjuanino de 150 habitantes, Mayoral defiende la actividad. "La minería no elige dónde producir. Encuentra los minerales donde están y para llegar a esos lugares hay que construir caminos, llevar la energía y el agua, construir los campamentos. Nunca hay infraestructura y menos en provincias pobres como las nuestras. Eso solo se lleva entre el 20% y el 30% de la inversión total.
Y está la gente: en minería no hay empleo basura, no puede haber por el nivel de especialización y por eso hay mucha capacitación en el sector. Por otra parte, está el desarrollo de los proveedores locales. El 70% de los abastecimientos para una mina lo hacen, por lo general, pymes locales y hay que tener en cuenta que hablamos de unos 350 ítems, de todo tipo", concluye Mayoral. (Jorge Mayoral,El Secretario de Minería de la Nación)
Esto fue publicado el 18/02/2007 en el diario Clarin ¿ esta gente hay algo que no comprende?

jueves, 28 de diciembre de 2006

Oro ¿para que?

La minería del oro es una actividad industrial de alto impacto ambiental, social y cultural. Es también una actividad industrial insostenible por definición, en la medida en que la explotación del recurso supone su agotamiento.

El oro siempre fue símbolo de poder, y muchas veces fuente de episodios deplorables.

En la conquista de América, época de apropiación y saqueo, invasión del territorio político y cultural de numerosos pueblos indoamericanos, donde fue diezmada la población y aniquilada su cultura, entre los años 1503 y 1660 enviaron a San Lucar de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.

La República Democrática del Congo es un país inmensamente rico en recursos naturales aún sin explotar. Por ejemplo: la media mundial de extracción de oro en una mina es de 11g. en la R.D. del Congo se llega a 6 Kg. y en algunas zonas hasta 18 kg. Además es enorme y situado estratégicamente en el centro de África.. Por ello hay una guerra encubierta. En esta guerra se ha usado a los países vecinos (Uganda, Ruanda y Burundi) para invadirlo y saquearlo. Por desgracia a costa de la muerte de 4 millones de congoleños y del silencio internacional.

En Guayana, el otorgamiento de permisos para la explotación de minas de oro por parte del Gobierno nacional, ha desatado una guerra entre etnias y pequeños mineros en la zona de Apanao. En la región de "Las Claritas", unos 7 mil mineros que vienen de toda la zona se matan entre sí por la falta de trabajo. La ola de violencia permanece incontrolable.

Estos son solo algunos hechos aislados que tomamos como ejemplo.
A partir del Siglo XIX, el oro fue empleado para respaldar el valor del dinero. Como resultado de esto, gran cantidad fue almacenado en los bancos. En la actualidad el oro es empleado principalmente para joyas y acumulación de riqueza. En la industria el uso es mínimo y esta siendo remplazado por otros componentes.

El creciente interés por la explotación de oro de parte de muy diversas compañías mineras se origina tanto en los aumentos de su precio, que brinda un alto margen de utilidad, como en la creación de métodos rentables en función de los costos de producción, para la extracción en yacimientos sumamente pobres, gracias a la técnica de lixiviación con cianuro.
Me pregunto, si nos encontráramos con una compañía que pretende explotar el oro con todos los cuidados del medio y respeto por la ecología, aun así recorriendo la historia del mundo, donde podremos encontrar gran cantidad de hechos que nos hacen cuestionar los beneficios de esta explotación, y conociendo su poca utilidad, uso banal y todo lo que genera por su absurdo valor. ¿Estaríamos de acuerdo en la explotación del oro?

martes, 28 de noviembre de 2006

LIXIVIACIÓN CON CIANURO

La mayoría de las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro usan la minería a cielo abierto para conseguir el mineral. Esta trastorna grandes extensiones de tierra.
Se trituran las menas (rocas que contienen el mineral) y se les amontona en un cúmulo que se coloca sobre una plataforma de lixiviación.Los cúmulos de material triturado varían en su tamaño de 6 mil toneladas a 600 mil toneladas. Las plataformas de lixiviación tienen variados tamaños. depende de la magnitud de la operación y la técnica de lixiviación, estas estan cubiertas por materiales sintéticos que se usan para evitar filtraciones ya que estas pueden contaminar los recursos hídricos con cianuro.Una vez que el mineral triturado es apilado en la plataforma de lixiviación, se le rocía uniformemente con una solución de cianuro. Un sistema de regaderas dispersa la solución de cianuro (entre 0.14 y 2.35 kg de cianuro por tonelada de agua), que tiene una concentración promedio de 0,05 por ciento (alrededor de 250 miligramos por litro de cianuro libre).
La solución de cianuro lixivia (lava y amalgama) las partículas microscópicas de oro del mineral mientras se filtra por el cúmulo. Los ciclos de lixiviación duran desde unos cuantos días hasta unos cuantos meses, dependiendo del tamaño del cúmulo y de la calidad del mineral. La solución de cianuro que contiene el oro --llamada la solución "encinta"-- fluye por gravedad a un embalse de almacenamiento. Desde el embalse de almacenamiento se usan bombas o zanjas para llevar la solución hacia la planta de recuperación de metales.
Los métodos más usados para la recuperación del oro contenido en la solución "encinta" de cianuro son la precipitación con zinc (método Merrill - Crowe) y la absorción con carbón. En el proceso de precipitación con zinc, se agrega zinc en polvo y sales de plomo a la solución "encinta".
El oro se precipita (se separa) de la solución mientras el zinc en polvo se combina con el cianuro. Luego se funde el precipitado para recuperar el oro. Los productos finales de este proceso son el oro en barras y una solución de cianuro "estéril", la cual se transfiere con bombas a un embalse de almacenamiento.
También se origina material de desecho que consiste en impurezas, incluyendo metales pesados. Normalmente se descargan estas escorias en un cúmulo de material de desecho.La alternativa preferida por la mayoría de las operaciones es la absorción con carbón, sobre todo en las operaciones más pequeñas y en aquellas en las que las cantidades de plata que viene asociada con el oro en la solución "encinta" son menores.
En este proceso, la solución encinta es impulsada por bombas a través de columnas de carbón activado. El oro y la plata de la solución se adhieren al carbón, y la solución "estéril", que todavía contiene cianuro, se lleva a un embalse de almacenamiento.
El oro y la plata son separados del carbón por un tratamiento con soda cáustica caliente. Después, la solución pasa por una célula que contiene un ánodo de acero inoxidable y un cátodo para chapar el metal. El carbón gastado Se reactiva en un horno para poder reutilizarlo.
En las operaciones de extracción por lixiviación se utilizan los embalses de almacenamiento para almacenar la solución de cianuro que luego se rociará sobre el cúmulo, sobre la solución "encinta" lixiviada del cúmulo y sobre la solución "estéril" que resultan del procesamiento del oro.
Las operaciones de extracción por lixiviación con cianuro pueden usar un sistema "cerrado" o "abierto" para el manejo de la solución de cianuro. En un sistema "abierto", se trata o se diluye la solución "estéril" que queda después de recuperar el oro, para cumplir con las normas aplicables de calidad de agua para concentraciones de cianuro y luego se descarga al ambiente. En un sistema "cerrado" se reutiliza o se recicla la solución de "estéril" para minimizar la necesidad de más cianuro, y para cumplir con las normas ambientales que pueden ser aplicables en el sitio minero.
IMPACTOS AMBIENTALES
operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción con cianuro llevan implícitos altos impactos ambientales, que en muchos casos pueden ser catalogados de desastre ambiental.Dada la alta toxicidad y reactividad natural del cianuro, la contención de esta sustancia es una de las preocupaciones primordiales de las minas en las que se utiliza la extracción por lixiviación.
Se han documentado los efectos perjudiciales del cianuro en los peces, la vida silvestre y los humanos.Para las plantas y los animales, el cianuro es extremadamente tóxico. Derrames de cianuro pueden matar la vegetación e impactar la fotosíntesis y las capacidades reproductivas de las plantas. En cuanto a los animales, el cianuro puede ser absorbido a través de la piel, ingerido o aspirado. Concentraciones en el aire de 200 partes por millón (ppm) de cianuro de hidrógeno son letales para los animales, mientras que concentraciones tan bajas como 0.1 miligramos por litro (mg/l) son letales para especies acuáticas sensibles.
Concentraciones subletales también afectan los sistemas reproductivos, tanto de los animales como de las plantas.Las dosis letales para humanos son, en caso de que sean ingeridas, de 1 a 3 mg/kg del peso corporal, en caso de ser asimilados, de 100-300 mg/kg, y de 100-300 ppm si son aspirados. Esto significa que una porción de cianuro más pequeña que un grano de arroz sería suficiente para matar a un adulto.
La exposición a largo plazo a una dosis subletal podría ocasionar dolores de cabeza, pérdida del apetito, debilidad, náuseas, vértigo e irritación de los ojos y del sistema respiratorio. Hay que tener mucho cuidado al manejar el cianuro, para efectos de prevenir el contacto dañino de parte de los trabajadores.